Un bote de plástico, unas pegatinas y , e voalá, una cajita recién reciclada para guardar lo que uno quiera. Tenía pensado hacer otra cosa con ella, pero estaba toa floja y, bueno, aquí está el engendro. (Ya sé lo que estáis pensando, pero no, er tré emé no me paga ni me dá ná, ni la grasia por comprarle la cremita).
A mí me deja el pelo de pegao.... quizás sea por lo poco que tengo. Yo la veo mu cara!
ResponderEliminarQue digo yo que esas cajitas pa los zapatos de las Barbies viene canela. Ah! Y preciosas las tazas de por detrás, la de caperucita ¿no? Muy chulas!!!
A mi me deja er pelo mejó que si no me pongo ná. Es carilla, pero dura un montón.
ResponderEliminarLas tazas son de una colección de cuentos de Ferrándiz que estoy haciendo. Vienen de "regalo". A ver si le hago unas fotito a ellas solita pa que se vean mejón.
bezo